Sergio Pellicer García (II): “Me gustaba saber qué quería de mí el entrenador y eso intento trasladar”
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Sergio Pellicer García (II): “Me gustaba saber qué quería de mí el entrenador y eso intento trasladar”

Sergio Pellicer García (II): “Me gustaba saber qué quería de mí el entrenador y eso intento trasladar”
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¿Cuál ha sido el mejor partido del Fabril desde que tú eres el entrenador?
No puedo quedarme con un partido, sí con momentos. Me quedo con la primera parte de Pontevedra porque es lo que un entrenador quiere conseguir y con momentos contra el Las Palmas y alguno contra el Rápido. El equipo tiene que mejorar, sobre todo en cuanto a conceptos defensivos. Estamos intentando hacer cosas con balón y necesitamos continuidad, pero en Segunda B es imposible tenerla durante 90 minutos. El equipo está compitiendo y siempre está en disposición de poder llevarse la victoria, pero la situación clasificatoria y mental nos bloquea.

¿Se precipitó el equipo tras el gol en contra del Coruxo?
La primera parte no fue mala intentando apretar arriba y teniendo el balón, pero no tuvimos profundidad exceptuando dos acciones. El resultado fue injusto, pero me quedo con que cuando recibimos el gol nos entraron las prisas y la precipitación queriendo llegar con balones verticales. Muchas veces lo que va tan rápido hacia delante también vuelve con la misma rapidez hacia atrás y no tuvimos capacidad de reacción.

¿Por qué acabó sufriendo el equipo contra el Rápido tras ponerse con 2-0 a favor?
Sí, acabamos sufriendo. Una vez que conseguimos el segundo gol, dio la sensación de que nos entró un poquito el miedo. El rival nos perdió el respeto que nos tenía al principio y no supimos atacarles. Tuve que cambiar a Jony porque nos podíamos quedar con diez y no teníamos jugadores con la capacidad de mantener el balón y conseguir oxígeno. Eso hizo que nos entrasen las dudas, que nos marcasen un gol y que volviese el miedo.

¿De quién es la responsabilidad de la mala segunda parte contra el Pontevedra tras hacer un muy buen primer tiempo?
Los responsables de la primera parte fueron los jugadores y el responsable de la segunda fui yo. Ellos son los que tienen que trasladar al partido lo que el cuerpo técnico pretende. En la primera parte sorprendimos al Pontevedra por la capacidad de descaro y de atrevimiento teniendo posesión y profundidad. En el descanso les dije a los jugadores que íbamos perdiendo por 1-0 y que teníamos que buscar la portería rival pero, analizando el partido, nos faltó tranquilidad para buscar los espacios que dejaba un Pontevedra muy volcado. No pasamos del medio del campo y las acciones que ocurrieron fueron a balón parado y en segundas jugadas. Los dos primeros pases tras recuperar el balón son muy importantes y nosotros los perdimos. ¿Por qué los perdimos? Porque queríamos jugar en corto cuando teníamos que buscar espacios y romper en profundidad. Solo lo supimos interpretar cuando nos marcaron el 2-2. El miedo a perder un premio que teníamos tan cerca nos hizo no ser descarados para matar el partido.

Has dicho varias veces miedo.
Aunque les digamos que no miren la clasificación, que se olviden de los puntos, eso está ahí y afecta. El equipo no tiene miedo, pero cuando está acariciando con las manos algo que llena de alegría y se va, acaba bloqueándonos.

No me gusta que el rival, con muy poco, nos haga gol; tenemos que corregirlo

¿Fue injusto el último empate?
El equipo se recompuso tras el gol del empate del Las Palmas y generó muchas ocasiones. No me preocupa que las fallen, me preocuparía que no las tuviésemos. Lo que no me gusta es que el rival, con muy poco, nos hace gol. Solo se ha dejado una vez la portería a cero esta temporada y tenemos que arreglarlo.

Todos los goles encajados, en segundas partes. ¿Casualidad?
Normalmente, en los inicios de los partidos, el equipo sale concentrado. En las segundas partes nos falta esa atención, tal vez por cansancio mental.

Una victoria, dos empates y una derrota. ¿El balance es esperanzador?
A nivel de sensaciones, sí; a nivel de puntos creo que deberíamos tener más y lo que importa es ganar partidos.

El Atlético B solo ganó uno de los últimos cinco partidos. ¿Es un buen momento?
Intento ser optimista por naturaleza. Es el rival que marca la salvación y, aunque debemos tener respeto a todos los rivales, no podemos tener miedo a nadie. Tenemos que competirles e intentar jugar bien.

Has jugado con 1-4-2-3-1 todos los partidos. ¿Qué le da al Fabril ese esquema?
No soy mucho de sistemas. Más allá del dibujo táctico, en fase ofensiva intentamos hacer salida de tres con los medios -Carlos entre centrales o, como en Pontevedra, Yago por la zona izquierda-. En ataque me gusta jugar más con 1-4-1-4-1 y en fase defensiva con 1-4-4-1-1, pero eso puede variar. Intento adaptarme a las características de los jugadores, siempre con la idea en la que creo. Con esa forma de jugar tenemos que ser un bloque sólido cuando no tengamos la pelota y, cuando la tenemos, hacer lo que estamos haciendo e incluso mejorar y ser más profundos y verticales en la última zona del campo.

¿Estudia mucho a los rivales el filial del Depor?
Sí, estudiamos mucho a los rivales y nos estudiamos mucho a nosotros mismos. Un filial tiene que mejorar a base de ver nuestros propios errores y los conceptos que estamos mejorando. En cuanto a los rivales, hay que conocer sus puntos fuertes, sus puntos débiles, todas las situaciones que se puedan dar, los perfiles de los jugadores, las situaciones emocionales que puedan tener en el transcurso del partido... Independientemente de todo eso, lo importante es lo que sucede en el verde.

¿Cómo es una semana de entrenamientos del Fabril desde que tú eres el entrenador?
Antiguamente programábamos los entrenamientos a nivel mensual pero, para nosotros, el primer entrenamiento después del partido es de recuperación y compensatorio para los que no han jugado y, a partir de la segunda sesión, ya nos ponemos con los conceptos que queremos trasladar al siguiente partido. Vamos día a día, pero el día después del partido nos sentamos y ya preparamos la semana. Programamos las tareas cuando acaba el día por el ‘feedback’ y las sensaciones que nos transmiten los jugadores. Los entrenadores debemos entender qué necesita el jugador. Podemos tener preparadas las sesiones de miércoles, jueves y viernes, pero la del miércoles nos puede llevar a un camino totalmente diferente al que teníamos pensado para el jueves. En ese aspecto tenemos que ser muy flexibles siempre con la idea de mejorar para trasladarlo al partido.

¿Se basan en la intensidad tus entrenamientos?
Cuando se pierde, los jugadores suelen decir que no les gusta lo que se está haciendo y, cuando el equipo se encuentra más cómodo, los jugadores están más contentos. Cuando era futbolista, a mí me gustaba saber qué quería de mí el entrenador y eso es lo que intento hacer ahora. A partir de ahí, está la toma de decisiones. Si un futbolista hace una jugada individual y marca desde fuera del área, es un gol de un jugador, no del entrenador. Nosotros tenemos que trabajar conceptos para llevar la pelota a zonas en las que aflore el talento y el futbolista debe tener claro dónde y cuándo presionar, qué hacer cuando pierde el balón, cómo iniciar en caso de que el rival haga una presión de bloque alto o la oriente sobre un central o sobre un mediocentro... No se puede controlar todo, pero queremos que el jugador sepa qué es lo que queremos de él.

Trabajais mucho los saques de banda.
Lo hacemos mucho en vídeo. Es una acción que hoy en día se da muchísimo, la que más se repite en un partido y en la que los jugadores más pierden la concentración. Los dos goles que conseguimos contra el Rápido de Bouzas se iniciaron con un saque de banda. Ninguno de los jugadores lo sabía.

El cuerpo técnico es un todo, no entiendo el entrenador dictatorial

¿Cómo repartes el trabajo con tu cuerpo técnico?
Somos un todo. En los tres últimos años en el Málaga he aprendido que el cuerpo técnico tiene que trabajar en equipo. Aunque la última decisión debe tenerla el entrenador, ven más diez ojos que dos. Intento que cada uno diga qué acción vamos a hacer. Contra Las Palmas ganó la de Manuel Pablo, pero Alberto, Gabriel, el analista... Todos aportan su opinión y cada uno de ellos puede dar una charla al grupo. No entiendo hoy en día el entrenador dictatorial que yo he vivido.

Pico y pala

No creo en la excusa de la formación cuando se pierde

No entrena de 10.30 a 12.30 y desconecta del fútbol. El entrenador del Fabril lo vive las 24 horas del día.

¿Cómo es un día de Pellicer desde que está en A Coruña?
Yo vengo del barro, he pasado por todas las categorías tanto como jugador como entrenador. Vivo solo en A Coruña, me levanto sobre las siete y a las ocho ya estoy en Abegondo. Después me reúno con el cuerpo técnico, preparamos toda la sesión, entrenamos y al acabar nos reunimos para hablar de todo lo que ha ocurrido en el entrenamiento. El entrenador está en duda permanentemente, algo que me comentaban Míchel y Xavi Gracia en el Málaga.

¿Qué relación tienes con Natxo González?
Me dio la bienvenida y me deseó suerte. Siempre que nos vemos, charlamos, y para mí es un lujo verlos entrenar. A mis jugadores les digo que esa debe ser su motivación.

¿Te planteas jugar con el 1-4-4-2 en rombo?
Me gusta mucho, pero hay que tener en cuenta el perfil de los jugadores. Creo que estamos muy cerca del primer equipo en cuanto a conceptos, pero el sistema es muy difícil de defender para el contrario, más que por el rombo por la posición de los delanteros, que están en zonas intermedias y generan dudas a la defensa rival.

¿Qué objetivos debe marcarse el Fabril esta temporada?
El día a día. Por la situación en la que estamos no podemos ir más allá. El partido contra el Atlético de Madrid no es una final pero sí muy importante para nosotros.

Algunos jugadores todavía creen en llegar al playoff.
No tengo redes sociales e intento escuchar poco. Al jugador le digo que tenemos que vivir el presente y centrarnos en mejorar en el día a día y no pensar en el futuro.

¿Es más importante la formación o el resultado?
Dije que teníamos que crecer a través del resultado. La formación y la competición deben ir unidas. No creo en utilizar de excusa que se está formando cuando se pierden partidos y tampoco sirve conseguir resultados y jugar mal.

Sus futbolistas

No quiero ser el que no ha puesto a un jugador que llega a Primera División

Sergio contesta a las preguntas sobre las individuales que hay en su equipo.

Quique, One y Lucas, tres de los cuatro defensas, lo han jugado todo contigo. ¿Has dado con la tecla en la línea defensiva?
En las tres últimas jornadas se ha visto una base en el equipo, pero nadie se puede dormir. Podemos empezar la semana con una idea y al acabar el entrenamiento del jueves podemos pensar en otra. Si hay jugadores que están adquiriendo un nivel que se acerca mucho al que el entrenador pretende, hay que darles continuidad.

Carlos López también lo ha jugado todo. ¿Por qué es tan importante para el equipo?
Es el jugador que hace mejores a sus compañeros. Tiene capacidad de sacrificio, aprieta hacia delante, empuja al equipo y en la transición ataque-defensa es primordial. Está haciendo muchos esfuerzos y tenemos que intentar que corra menos pero con mayor determinación.

Blas fue el futbolista que más minutos disputó la pasada temporada en el Fabril. ¿Por qué crees que no está a su mejor nivel?
Los jugadores tienen que olvidarse del pasado porque no vale de nada. Si se centran en el presente y no en el futuro van a mejorar a nivel individual. Los técnicos que van a ver un partido no ven lo que has hecho en la temporada anterior. Blas, como todos sus compañeros, tiene que centrarse en el día a día.

En la etapa de Tito Ramallo, en el Fabril jugaban cinco partidos cada portero. Contigo la alternancia ha sido diferente. ¿Por qué?
Tenemos la suerte de tener dos buenos porteros con características diferentes y los voy a utilizar dependiendo lo que me transmitan durante la semana o del partido, pero también entiendo que el portero necesita continuidad porque es un jugador especial.

Mujaid es una de las grandes apuestas del club, pero contigo todavía no ha jugado. ¿No está a su mejor nivel?
Me duele muchísimo que no haya podido participar. Jugamos con una línea de cuatro y tenemos cinco centrales. Quique y One lo han hecho bien, pero en cualquier momento puede haber cambios. No me gustaría ser el entrenador que no ha puesto a un jugador que llega a Primera División.

¿Es difícil controlar el temperamento de Jony?
Tiene que aprender porque esto pasa volando. Cuando sepa controlar su estado emocional aportará más. Deben tener los cinco sentidos en el partido. Cuando alguien viene a verlos, se fija en los pequeños detalles y esos no suman. Se deben transmitir hábitos saludables y no pueden verse aspavientos ni imágenes que no van acorde con un filial.

Sergio Pellicer García (II): “Me gustaba saber qué quería de mí el entrenador y eso intento trasladar”

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