Quería conocer mundo, otra cultura y otro fútbol: “El español es el mejor del mundo”, reconoce. La centrocampista se estrenó el pasado domingo con la camiseta blanquiazul y celebró su primer tanto como deportivista, el último en la goleada contra el Oceja (8-1).
No fue un partido más en su carrera. Maya volvió a sentirse futbolista 294 días después de sufrir una rotura del ligamento cruzado anterior y del cuerno anterior del menisco lateral de la rodilla derecha, en febrero pasado cuando militaba en el Zaragoza: “Es mi primera lesión grave. Fue muy duro mentalmente porque los tres primeros meses no podía hacer casi nada, ni caminar. Poco a poco, entrenando muy fuerte, lo he superado”, rememora.
En un estreno inmejorable, se mostró muy participativa, dejó un destello de súperclase –un taconazo para habilitar a Gaby– y cerró el marcador con un libre indirecto: “Estoy muy contenta y feliz por haber debutado y marcar mi primer gol. Me he encontrado muy bien físicamente, sin dolor ni molestias”, declara.
La futbolista nipona pidió el balón en la acción del octavo gol y su compañera Alba Merino se la cedió: “Me acerqué y Alba me dijo ‘tírala tú’. No pensé en nada más, solo miré el balón, le pegué y entró. Tuve un poco de suerte”, recuerda Maya, que no le dedicó el gol a nadie especial.
Manu Sánchez le dio la alternativa a los 72 minutos y su nueva discípula entró en lugar de Ali Muñoz: “El equipo ya ganaba 7-1 y estaba jugando muy bien, entré un poco nerviosa, pero me fui tranquilizando y pude hacer gol. Ahora quiero jugar más”, avisa.
Interior o mediapunta muy técnica, Yamamoto encaja perfectamente con el estilo de juego blanquiazul. Cuerpo técnico y compañeras destacan su talento innato, capacidad para ver el último pase y la velocidad con la que mueve el balón. “Manu cambia de sistema en cada partido, pero me tengo que adaptar. Me gusta cómo juega el equipo, tiene un estilo que me va bien”, comenta.
1 De Japón a Valencia y de Mestalla a Riazor
Maya empezó a jugar a los siete años en un equipo masculino, una historia conocida entre las futbolistas, ya sea en España o en Japón.
“Jugué con chicos hasta los 15 años porque no había equipos femeninos ni muchas chicas que jugasen al fútbol. Era más divertido y motivante porque son más agresivos”, recuerda.
Campeona de su país con el equipo de la Universidad de Waseda, la centrocampista contactó en 2015 con su amiga Shoko Tsuji, que vivía en Barcelona y presentó a la futbolista a varios equipos de Primera hasta que recibió una propuesta del Valencia. “Quería jugar fuera de Japón y en España me dieron la oportunidad”, reconoce.
Dos temporadas en el equipo ‘ché’ y una en el Zaragoza, siempre en Primera, le abrieron las puertas del Depor. “Manu me llamó muchas veces. Al principio no me interesaba mucho, pero insistió tanto que acabé aceptando (risas)”, desvela.
2 Objetivos: el ascenso y volver a la selección
Internacional sub-16 y sub-17 con la selección de su país, Maya tiene un sueño, debutar con la absoluta: “Desde que era pequeña siempre he querido jugar un Mundial. El año que viene hay Copa del Mundo en Francia, pero entiendo que es muy difícil para mí.
Acabo de volver de una lesión y no tengo tiempo para demostrar que puedo estar en la selección, por ahora voy a centrarme en el Deportivo”, se sincera.
Y con el Depor ha firmado un contrato hasta final de temporada, que se renovará automáticamente en caso de conseguir el ascenso.
“Hay mucha diferencia entre Primera y Segunda, física y técnicamente. Tenemos que ser un equipo más fuerte, coger un ritmo más alto de juego y luchar mucho si queremos llegar a competir al más alto nivel”, expone.
Maya, que había coincidido en la máxima categoría con Alba y Ali las últimas temporadas, se muestra sorprendida por el talento que atesora la plantilla del Depor: “Hay jugadoras muy jóvenes, pero con mucha calidad y experiencia en las selecciones. Creo que todavía pueden seguir creciendo y jugar en Primera”, opina.
Mañana tendrán una prueba contra todo un Athletic: “Es una oportunidad para luchar contra un muy buen equipo, saber cómo estamos y qué nos falta para jugar en Primera. Ojalá podamos ganar y que venga mucha gente, no solo para ver al masculino, sino a nosotras”, reclama.
3 La gloria del Depor y el encanto de A Coruña
Yamamoto se reconoce impresionada por la grandeza de su nuevo club y la afición. “Había escuchado que el Depor era un club famoso, pero no tan grande. Lo noté desde el primer día... por el esfuerzo y el proyecto que está haciendo con el femenino, por la afición que nos sigue, por la ciudad entera que anima al Deportivo... Cuando estaba en Valencia iba a ver partidos a Mestalla, que es más grande que Riazor, pero aquí la afición tiene más pasión”, argumenta.
La nipona vivió las primeras semanas en la residencia que habilita el club para sus jugadores y jugadoras, pero actualmente comparte piso con tres compañeras, Silvia Mérida, Érika y Patri López, del filial. “Estoy a solo cinco minutos caminando del estadio, muy cerca de la playa, el gimnasio, el comedor... es una zona muy buena”, explica Maya, que elige el arenal de Riazor y la plaza de María Pita como sus lugares favoritos en la ciudad: “Aunque no es muy grande tiene historia, es tranquila y se come muy bien”, añade. Lo que peor lleva es el clima: “En Japón llueve, pero no tanto”.
La gastronomía es un punto importante para la nueva futbolista del Deportivo, que ha descubierto el pulpo o el rape, entre sus favoritos, y que no quiere repetir los callos. Ya ha cocinado sushi para sus compañeras y pero todavía no ha visitado ningún restaurante japonés en la ciudad: “Nando (readaptador que se ha encargado de la fase final en la recuperación de la futbolista) ha dicho que me va a invitar esta semana”, desvela.
La centrocampista aprovecha el tiempo libre para ir al gimnasio con sus compañeras, aprender español –“tengo que mejorar”, confiesa– e inglés, pasear por la playa o ver películas y series –en este momento sigue Élite–, aunque subtituladas en japonés.
4 El choque cultural no es tan grande
“Japón y España son dos mundos diferentes, pero llevo ya tres años aquí y estoy acostumbrada”, explica Maya, que reconoce una evidente distancia cultural aunque no tan amplia como podía esperar. Y menos en el fútbol femenino.
“Técnicamente, el fútbol japonés es un poco superior, pero no demasiado porque aquí está creciendo muchísimo. Ahora mismo está Japón un poco por encima, pero creo que España llegará al mismo nivel”, arguye la nipona, que tampoco advierte diferencia en el seguimiento o el tratamiento mediático: “Cuando ganamos la Copa del Mundo en 2011 mucha gente vino a ver el fútbol femenino, pero no ha habido una continuidad y sigue cayendo el interés”.
Yamamoto está al tanto del movimiento feminista que ruge en todo el país y en parte del planeta. ¿Es Japón un país machista? “No es algo tan fuerte como aquí, pero también hay algo de machismo, aunque no se insulta tanto”, indica.
Maya, que empezó la entrevista con reservas, acaba entre risas y se despide con el típico saludo reverencial de su país. Nos emplaza al partido de mañana contra el Athletic y a la importante batalla contra el Oviedo. “Todavía no las he visto jugar, pero ya tendré tiempo”, advierte. La japonesa es el arma secreta del Depor para asaltar la liga y lograr el ansiado ascenso. Arigato.
