El Deportivo regaló a su afición y al estadio de Riazor, que hoy cumplía 79 años, la primera victoria de la temporada en casa gracias a un tanto de cabeza de Pablo Martínez, que lo había rozado en decenas de ocasiones desde que llegó a A Coruña. El equipo blanquiazul mejoró exponencialmente en la segunda mitad tras un primer tiempo espeso e impreciso y consiguió batir a un ordenado Nàstic de Tarragona en una acción a balón parado, una faceta que se ha convertido en el principal salvavidas de un Depor al que le sigue costando acelerar y materializar sus ocasiones.

Fotos: Javier Alborés 

El Deportivo regaló a su afición y al estadio de Riazor, que hoy cumplía 79 años, la primera victoria de la temporada en casa gracias a un tanto de cabeza de Pablo Martínez, que lo había rozado en decenas de ocasiones desde que llegó a A Coruña. El equipo blanquiazul mejoró exponencialmente en la segunda mitad tras un primer tiempo espeso e impreciso y consiguió batir a un ordenado Nàstic de Tarragona en una acción a balón parado, una faceta que se ha convertido en el principal salvavidas de un Depor al que le sigue costando acelerar y materializar sus ocasiones.

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El Deportivo regaló a su afición y al estadio de Riazor, que hoy cumplía 79 años, la primera victoria de la temporada en casa gracias a un tanto de cabeza de Pablo Martínez, que lo había rozado en decenas de ocasiones desde que llegó a A Coruña. El equipo blanquiazul mejoró exponencialmente en la segunda mitad tras un primer tiempo espeso e impreciso y consiguió batir a un ordenado Nàstic de Tarragona en una acción a balón parado, una faceta que se ha convertido en el principal salvavidas de un Depor al que le sigue costando acelerar y materializar sus ocasiones.

Fotos: Javier Alborés 

El Deportivo regaló a su afición y al estadio de Riazor, que hoy cumplía 79 años, la primera victoria de la temporada en casa gracias a un tanto de cabeza de Pablo Martínez, que lo había rozado en decenas de ocasiones desde que llegó a A Coruña. El equipo blanquiazul mejoró exponencialmente en la segunda mitad tras un primer tiempo espeso e impreciso y consiguió batir a un ordenado Nàstic de Tarragona en una acción a balón parado, una faceta que se ha convertido en el principal salvavidas de un Depor al que le sigue costando acelerar y materializar sus ocasiones.

Fotos: Javier Alborés 

El Deportivo regaló a su afición y al estadio de Riazor, que hoy cumplía 79 años, la primera victoria de la temporada en casa gracias a un tanto de cabeza de Pablo Martínez, que lo había rozado en decenas de ocasiones desde que llegó a A Coruña. El equipo blanquiazul mejoró exponencialmente en la segunda mitad tras un primer tiempo espeso e impreciso y consiguió batir a un ordenado Nàstic de Tarragona en una acción a balón parado, una faceta que se ha convertido en el principal salvavidas de un Depor al que le sigue costando acelerar y materializar sus ocasiones.

Fotos: Javier Alborés 

El Deportivo regaló a su afición y al estadio de Riazor, que hoy cumplía 79 años, la primera victoria de la temporada en casa gracias a un tanto de cabeza de Pablo Martínez, que lo había rozado en decenas de ocasiones desde que llegó a A Coruña. El equipo blanquiazul mejoró exponencialmente en la segunda mitad tras un primer tiempo espeso e impreciso y consiguió batir a un ordenado Nàstic de Tarragona en una acción a balón parado, una faceta que se ha convertido en el principal salvavidas de un Depor al que le sigue costando acelerar y materializar sus ocasiones.

Fotos: Javier Alborés 

El Deportivo regaló a su afición y al estadio de Riazor, que hoy cumplía 79 años, la primera victoria de la temporada en casa gracias a un tanto de cabeza de Pablo Martínez, que lo había rozado en decenas de ocasiones desde que llegó a A Coruña. El equipo blanquiazul mejoró exponencialmente en la segunda mitad tras un primer tiempo espeso e impreciso y consiguió batir a un ordenado Nàstic de Tarragona en una acción a balón parado, una faceta que se ha convertido en el principal salvavidas de un Depor al que le sigue costando acelerar y materializar sus ocasiones.

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El Deportivo regaló a su afición y al estadio de Riazor, que hoy cumplía 79 años, la primera victoria de la temporada en casa gracias a un tanto de cabeza de Pablo Martínez, que lo había rozado en decenas de ocasiones desde que llegó a A Coruña. El equipo blanquiazul mejoró exponencialmente en la segunda mitad tras un primer tiempo espeso e impreciso y consiguió batir a un ordenado Nàstic de Tarragona en una acción a balón parado, una faceta que se ha convertido en el principal salvavidas de un Depor al que le sigue costando acelerar y materializar sus ocasiones.

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