UNA SUFRIDA AFICIÓN
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UNA SUFRIDA AFICIÓN


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Hablaba el otro día Arturo Lezcano sobre la afición blanquiazul en un magnífico artículo en la web A la Contra. Describía a unos seguidores fieles, que cada quince días pueblan las gradas del ahora llamado Abanca Riazor. Hablabla de una hinchada estoica, que ha aguantado seis técnicos y dos descensos en cuatro años, cuatro porteros en ocho jornadas y que anima paciente al Deportivo en su cuarta temporada consecutiva en Primera de su historia más reciente.

Recordaba que hacía 239 días que el equipo no ganaba a domicilio, hasta que lo  consiguió por fin ante Las Palmas en el Gran Canaria. Hablaba sobre el nuevo estilo que ha impregnado Cristóbal Parralo en el Depor. Una forma de competir que el ‘respetable’ echaba de menos. Una afición que con una ovación despedía a un plantel que se dejaba dos puntos ante el Atlético al final. Una grada que cuando el Deportivo iba a la deriva apuntaba que no recurría a los pañuelos ni a los silbidos generalizados.

Los seguidores blanquiazules son pacientes, incluso a veces hasta la extenuación. Uno podría llegar a pensar que les falta sangre, pero nada más lejos de la realidad. Riazor aprieta, cuando va a una los rivales lo notan, pero el modus operandi de los aficionados herculinos pasa por la tranquilidad. Ni exceso de euforia ni lo contrario. Los más mayores ya vivieron la ‘Longa noite de pedra’ en Segunda y el llamado ‘equipo ascensor’. Los que somos un poco más jóvenes tenemos grabado a fuego bañado de lágrimas aquel penalti de Djukic y la primera Copa del Rey ante el Valencia. Recordamos la primera y única Liga y las noches gloriosas de Champions. No olvidamos a aquel Oporto de José Mourinho y aquella expulsión de Andrade ante un teatrero Deco.

No podemos obviar los dos descensos, sobre todo el primero ante el Valencia, ni la gloria de los dos ascensos a Primera. La respuesta a la pérdida de categoría fueron multitudinarias colas y récord de abonados. Así es la afición blanquiazul. Finalizaba su excelso artículo Lezcano con unas palabras de un veterano seguidor ubicado en la grada de General que resumía la idiosincrasia del hincha del Deportivo: “No se trata de paciencia, sino de resignación: ir como quien va al curro. Ni se piensa”.

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