Recuerdos de la infancia me trasladan a cuando mi padre me llevaba siempre al mismo médico. Un buen día y por la curiosidad infantil, le hice la pregunta: “Papá, ¿Por qué siempre vamos al Dr. Morán? Mi padre, con su mejor sonrisa, me dijo: “Porque tiene muy buen ojo clínico”. Recupero esa vivencia, para trasladarlo a lo que hoy en día es la gestión de un club deportivo.
Aparte de los estudios adecuados, el don de gente, los contactos y conocer los entresijos de esta difícil singladura, hay que poseer un buen ‘ojo clínico’, para poder confeccionar un cuadro de jugadores competitivo y que traslade arraigo.
Dicho esto, las circunstancias me obligan a pensar, que el principal problema de este Deportivo es que su “manager” no está a la altura en esta faceta.
La situación por la que está pasando el deportivismo, sin caer en la petulancia, se veía venir. De donde no hay, no se puede sacar. El tipo de jugador medio del que se dispone, no da el nivel de exigencia competitiva.
El 12.4.16, un servidor les trasladaba… “No me gusta su gestión deportiva. Todo me parece plano… y nunca se aprietan las clavijas. El Club debe tener una visión de futuro”.
Yéndonos para atrás, el 22-3-16, escribía: “Este Depor no me gusta nada. El equipo tiene una torrija… Que no sabe a qué se juega. No pido el cese, sólo que hay que espabilar.
Y así podíamos seguir enumerando puntualizaciones, que evidentemente, cayeron en saco roto.
No me vale que a estas alturas, el Sr. Barral en diferido, asuma su responsabilidad en todo esto. ¡Faltaría más!. ¿Quién iba a ser entonces? ¿El utillero? ¿Qué problema tendrá si lo cesasen? Cobraría integro su contrato y dejaría la situación tal como está y que lo arregle otro.
El presidente se equivocó en marcar las distancias con el aspecto deportivo. Se creyó que lo iba a inmunizar. Y eso es imposible en el mundo del fútbol, ya que obliga a estar presente en todas las decisiones por su transcendencia y al final… Las responsabilidades recaen sobre él.
Se vive un momento complicado, como pudieron ser los de otras épocas, pero le tenemos que añadir ahora, el paso del tiempo. Hay cuestiones que cansan, que hacen callo. La afición sabe lo que hay económicamente, que no se pueden pedir milagros, pero otra cosa es sentirse menospreciado por los que deben generar ilusión a través de su esfuerzo.
Por último, un apunte de la actualidad. Esta semana el máximo responsable de la primera asociación empresarial catalana decía: “Se necesita abrir un dialogo y crear un nuevo Estatut, donde nacerían las selecciones nacionales catalanas para competir internacionalmente en el mundo del deporte, lo mismo si se tiene que crear una liga de fútbol propia, ya está sucediendo en Escocia”. Y yo pregunto inocentemente: ¿Realmente son conscientes las juntas directivas del Barcelona, Girona, etc. De lo que se están jugando?. Ya sé que esto es deporte y hay cosas más importantes, pero por preguntar.
Como siempre un placer.
