Sin que salgamos a repicar campanas, más que nada porque no le gustaría mucho a nuestro primer mandatario municipal, no cabe duda que Pepe Mel sabe lo que quiere y mis pronósticos se van cumpliendo. Lo he anticipado antes de la visita del Atlético de Madrid: De quince puntos en juego hasta la visita del Celta incluida hay que sumar cuando menos diez. Cuatro ya están en el bote y hemos superado la asignatura pendiente, la de ganar a domicilio esta temporada. El nuevo técnico sabe lo que hace y lo que tienen que hacer los auténticos protagonistas, los jugadores.
En la matinal dominguera de El Molinón, sin llegar al nivel de juego exhibido frente a los colchoneros, el Depor presionó cuando había que hacerlo, sobre todo en el primer tiempo, dejando constancia de que no quería perder. Incluso se permitió el lujo de fallar un penalti. Emre Çolak lo lanzó bien, pero Cuéllar respondió mejor. Menos mal que Pedro Mosquera, al que estamos viendo mucho mejor que cuando el vasco dirigía al equipo, enmendó la plana y volvió a marcar. Pero hay que pasar página y centrarse ya en la visita del miércoles, Día de la Mujer Trabajadora, y que Riazor sea esa caldera a presión que todos queremos. Seguro que los que salgan, en su mayoría, los que empataron ante el Atlético y ganaron en Gijón, sabrán responder. Hay que seguir sumando puntos, teniendo como base los cuatro de seis que ya se han contabilizado con un madrileño en el banquillo.
Antes de afrontar la vigésimo séptima jornada de Liga el próximo domingo, con la visita a Riazor del Barcelona, se nos cuela entre semana el encuentro aplazado del Betis, que no pudo celebrarse en el estadio coruñés debido al temporal que arrasó sus cubiertas. Y ahí siguen casi como estaban tras el vendaval del 3 de febrero pasado. Así pues vuelve el cuadro bético que, en principio parece un rival bastante asequible en sus salidas del Benito Villamarín. Las estadísticas están ahí:
De once partidos disputados a domicilio sólo ha ganado tres (Osasuna, Valencia y Málaga), el resto (8) han sido derrotas (Alavés, Atlético de Madrid, Barcelona, Éibar, Granada, Real Sociedad, Sevilla y Villarreal). Es evidente, el Depor está obligado a sacar tajada del bajón bético lejos de su ambiente.
Por otra parte, ésta es su vigésimo segunda visita a feudo herculino en Primera -confrontaciones de Copa aparte- y solamente ha ganado en tres ocasiones (2002-03, 06-07 y más recientemente en la 12-13), ya que el resto fueron nueve empates y otras tantas derrotas. Un balance ligeramente favorable a los locales. En las filas béticas destaca el goleador canario, exdeportivista por cierto, Rubén Castro que puede resultar una buena pesadilla para nuestra defensa. Menos mal que Pepe Mel lo conoce bien y ya habrá previsto una vigilancia especial al canario. Pero ojo, el técnico visitante, Víctor Sánchez del Amo, que ya perdió (3-1) en reciente confrontación copera, conoce bien al Deportivo. Los dos técnicos conocen bien a su respectivo rival, pero debe ser el Deportivo el que lleve la batuta, sobre todo por ese apoyo incondicional que le brinda el deportivismo riazoreño en cada partido, tanto dentro como fuera casa. Forza Depor.
P.D.- Vuelve a Riazor un exdeportivista que, pese al trato recibido, dejó muy gratos recuerdos en La Coruña. Es Rubén Castro, al que algunos técnicos deportivistas de la época casi rechazaron por "ser bajito", como si en el fútbol español no estuviera plagado de bajitos. ¡Y qué bajitos!. Llegó al Depor con la denominación de máximo goleador de Segunda (2004-05) y seis apariciones en la selección Sub 21. Después de una buena pretemporada inició un amplio y variado peregrinaje, con cesiones a distintos equipos de Primera y Segunda hasta la 2010-11, en que fue traspasado a su actual club, en el que cumple ya su octava temporada tras haber ganado dos veces el Trofeo Zarra al máximo goleador de Segunda y con un récord en su historial muy difícil de arrebatarle, como es el de máximo goleador en la historia del Betis con más 140 goles marcados.
