En estos últimos días se han enfrentado en varias ocasiones los dos equipos que se presumen más fuertes del fútbol español, el Real Madrid y el Barcelona. Y una sensación ha pasado por el ánimo de todos los aficionados: hay un equipo que releva a otro en el dominio del juego y, en consecuencia, de los títulos.
La doble confrontación entre madridistas y azulgranas ha puesto de relieve que la superioridad en el juego de los catalanes ha pasado a mejor vida. Si ya en las últimas temporadas el equipo de Luis Enrique había experimentado un bajón notable, esta pretemporada ha demostrado que podría iniciarse una nueva era de dominio blanco, tal ha sido la superioridad que los de Zidane muestran sobre todos los rivales y ahora sobre el eterno rival.
Este fin de semana comienza la Liga y no se escapa a nadie que el gran favorito es el Real Madrid. El equipo blanco ha conseguido reunir una serie de jugadores muy importantes y con una capacidad técnica y goleadora que no se recordaba en anteriores temporadas. Un claro ejemplo es el récord que actualmente ostentan los de Zidane, esos casi setenta partidos consecutivos marcando al menos un gol. Pero al margen de la superioridad futbolística el rendimiento que ofreció el argentino hace cuatro años, del Real Madrid sobre el Barcelona se ha visto también dosificando claramente el esfuerzo a la espera de la lleuna gran superioridad moral. Sin duda, la marcha del gada de la máxima competición de selecciones. Y esta brasileño Neymar ha supuesto un duro golpe para el Barcelona –del que tardarán en recuperarse, según parece- y, al mismo tiempo, esa operación del París Saint Germain parece haber reforzado al Real Madrid hasta el punto de que se puede decir que la baja de Neymar ha sido uno de los grandes fichajes del club de Florentino. En este sentido, ya se sabe la fijación que directivos y afi cionados sufren en Barcelona cuando una de sus figuras abandona la entidad por preferir otro destino en lugar de permanecer en el “paraíso”. A pesar de los años transcurridos todavía colea el caso de Figo, que aún no puede pisar tranquilo suelo catalán. Y nada digamos si viviera el difunto Guruceta, encarnación pura y dura del centralismo.
En, lo que hoy es blanco mañana se convierte en negro por lo que no conviene lanzar las campañas al vuelo
Otro punto en contra del Barcelona de esta temporada está en el rendimiento de Messi, su gran estrella. No hay que olvidar que a fi nal de temporada se disputará el Mundial de fútbol, última oportunidad para que el “crack” pueda proclamarse al menos una vez campeón del mundo, lo que le ayudaría mucho en las comparaciones cuando fuera recordado en un lejano futuro. No hay que olvidar el rendimiento que ofreció el argentino hace cuatro años, dosificando claramente el esfuerzo a la espera de la llegada de la máxima competición de selecciones. Y esta campaña podría ocurrir lo mismo…
Pero en esto del fútbol, lo que hoy es blanco mañana se convierte en negro por lo que tampoco conviene lanzar las campanas al vuelo por parte del Real Madrid, a pesar de que en lo que llevamos de pretemporada ya se ha apuntado nada menos que dos títulos ofi ciales, que podrían ser tres antes de finalizar el año si consigue el Mundialito de Clubes el próximo mes de diciembre, en los Emiratos Árabes Unidos, algo no descartable dada la potencialidad de los rivales en liza.
Hablábamos unos renglones antes que este fin de semana comienza la Liga y, casualmente, el sorteo ha deparado que el primer rival de este potente Real Madrid sea el Deportivo, que ha venido dando una de cal y otra de arena en los partidos preparatorios. Ahora llega la hora de la verdad y lo cierto es que solamente los más acérrimos seguidores blanquiazules ven con optimismo el debut liguero.
El resto pueden imaginar una temporada parecida a la anterior, con sacrificio y sufrimiento en casi todos los partidos.
