Seamos sinceros. Si Garitano duró lo que duró con los pobres resultados cosechados en el Depor fue por el empeño de la dirección deportiva, que tenía la esperanza de que la situación se iba a enderezar. Un grave error que el equipo pagó muy caro en los últimos meses, pero en este país el asumir responsabilidades lamentablemente no se estila. Y así nos va. El escurrir el bulto se nos da de maravilla, así que lo fácil es cargar con las tintas en este caso sobre Gaizka y a otra cosa mariposa.
Pero no es lo justo señalar solo al entrenador como único responsable de la pobre situación deportiva. ¿Qué tiene que decir ahora Richard Barral? Sería interesante conocer su opinión, aunque seguro que nos despachará diciendo que fue una apuesta arriesgada y esas cosas. Hablando de culpas, ¿y qué tienen que decir a día de hoy los futbolistas? A lo mejor están convencidos de que ellos no tuvieron nada que ver en el desastre, porque si no recuerdo mal la mayoría salieron a la palestra defendiendo a su entrenador a capa y espada, pero a la hora de demostrarlo sobre el terreno de juego nada de nada. Hasta dieron la sensación en Laganés de desear que le dieran la patada a su técnico, porque no es de recibo semejante despropósito de partido que hicieron. De la actitud de Albentosa perdiendo los papeles y dejando al equipo en inferioridad, mejor morderse la lengua. Lo dicho, que Garitano se va y lo hace solo. Lo ideal es que se hubiera ido con algún acompañante. Una tristeza.
