Se acabó lo que se daba. Comienza una nueva etapa en el seno del Real Club Deportivo de La Coruña SAD con la llegada de Pepe Mel, un conocido entrenador que aterriza con la intención de poner orden y enderezar el rumbo del primer equipo. Está claro que la tarea que tiene por delante no será nada fácil, más bien todo lo contrario. El madrileño cuenta con el nada despreciable apoyo de una afición absolutamente entregada que, pese a la mala racha de resultados, demostró a lo largo de toda la campaña un apoyo incondicional al equipo. Ahora falta que a este proyecto común se sumen los futbolistas, que mucho tienen que ver en la situación de crisis en la que se encuentra el Depor.
Mel deberá recuperar el estado anímico de muchos jugadores, sobre todo aquellos que se marcharon allá por Navidad de vacaciones y siguieron disfrutando de ellas. Vamos, que no volvieron a ser los mismos desde diciembre, quizá el mes donde se vio la mejor versión de juego del equipo coruñés en lo que llevamos de temporada. Así que ahora borrón y cuenta nueva, ya que en pocos días se avecinan enfrentamientos muy complicados. El más inmediato el Atlético y en pocos días el Sporting de Gijón, que para empezar no está nada mal. No se espera que el equipo arrase, pero sí que compita durante noventa minutos. Se inicia una nueva era y, por lo tanto, una etapa llena de ilusión. Llegó la hora de los grandes protagonistas, los jugadores. El reto es suyo. Pues eso.
