Los debates sobre el mantenimiento de Riazor se siguen produciendo. Pero al margen de valorar de quién es la culpa, cada uno esgrime lleno de razón sus argumentos, lo cierto es que este problema que ahora parece preocupar no es nuevo. Ni para el Concello ni siquiera para el Real Club Deportivo. Es más de lo mismo.
Recuerdo perfectamente que esta cuestión ya la planteó en su día Lendoiro nada más aterrizar en la plaza de Pontevedra. No se le hizo ni caso. Incluso el propio expresidente años más tarde, ya como profesional de la gestión del Depor, amagó con abandonar el estadio herculino. Tanto fue así que en aquel momento el propio club había publicado en su diario oficial la posibilidad de competir en unos terrenos existentes en el Concello de Culleredo. Pero todo se quedó en eso.
El actual consejo heredó este problema. El mismo que en su día heredó el anterior, así sin más. Aquí lo que sobra es tanto debate, ya está bien que el PP diga una cosa, el PSOE otra y ahora la Marea Atlántica exprese la suya. Ya está bien del 'tú más'... ¿No va siendo hora de coger el toro por los cuernos? Lo que se les pide a los gestores políticos es que tomen decisiones pensando en la gente, que se olvidan de que éstas deberían ser su prioridad. Si todos coinciden en una realidad, que las cubiertas e infraestructuras del estadio de Riazor son una 'caca', que se pongan a ello. Hay que dejarse de pamplinas, de los brindis al sol y dar soluciones. El problema es muy serio.
