Es complicado decirlo. Incluso se hace difícil explicar cómo es posible que el Depor esté en esta situación tan lastimosa. Si te fías de los que saben del club, con el presidente a la cabeza, Gaizka Garitano es honesto, trabajador y nadie le cuestiona ni de broma. Algunos se armaron de valor y tiraron del argumento de que hay que tener paciencia, que todo acabará de forma feliz. Ya no digo nada que el director deportivo haya confesado que el técnico es una 'apuesta personal'.
Pero hay que ser realistas. El Depor tiene la negra. Es verdad que Gaizka no falla goles clamorosos, ni siquiera comete errores de niñatos en el terreno de juego y mucho menos acaba corriendo por el campo como un pollo sin cabeza. La única verdad es que el equipo da mucha pena, que presenta unos números tan lamentables que en cualquier club hubieran certificado el poner de patitas en la calle a cualquier entrenador o futbolista que no rinda como dios manda. Riazor sigue sufriendo más de lo mismo, los blanquiazules y el hartazgo del aficionado empiezan a ser preocupantes. Que Poroto Lux acabe por ser el mejor en un partido como el de ayer, triste. Que un Alavés, con el mínimo esfuerzo, se lleve los tres puntos, para llorar. En serio, no sé si la culpa es de Gaizka, del director deportivo, de los jugadores o de la mala fortuna. Lo que sí sabemos es que vamos a la deriva y que podría ser mucho más grave si los de abajo no fueran más malos que el Depor. ¿Qué opinan los que cobran de esto?
