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17º-23º

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Hay cosas difíciles de explicar. El Depor fue incapaz de imponerse ante un adversario recién descendido, plagado de jugadores no habituales. La cosa se pone peor cuando finalizado el partido se escuchan a los protagonistas como, por ejemplo, el entrenador. La conclusión es muy sencilla, Pepe Mel está más perdido que un pulpo en un garaje. Si el último partido de Riazor lanzaba un castañazo a sus jugadores, con aquello de que estaba dispuesto a 'tirar' del Fabril, este domingo hizo una defensa a ultranza de sus jugadores: "No tengo ningún reproche que hacerles, lo han hecho todo para ganar". Para mear y no echar gota, con perdón.

Un equipo que se la juega encaja en los primeros minutos y lanza los mismo tiros a puerta que su rival descendido

Ya luego la remató diciendo que "el equipo ha mejorado". Claro que le faltó explicar en qué aspecto, porque casi los ochocientos deportivistas que estuvieron en El Sadar y los miles detrás del televisor, vieron más de lo mismo. Mel no puede vender más humo, porque aquí en A Coruña no compramos de eso desde hace muchos años. Seamos serios. Un equipo que se juega la supervivencia no puede disparar once tiros a puerta, uno menos que su rival. Claro que Osasuna tuvo la dignidad de pelear para brindar un buen partido a su afición, muy loable de cualquier plantel que se precie sea cual sea su circunstancia.

Lo bueno es que solo queda un mísero puntito para acabar con esta tortura china, si es que no hay un triple empate con el Sporting y el Leganés que, en ese caso, descendería el conjunto blanquiazul. Después se podrá reclamar a Richard Barral que explique a los que no entienden de fútbol cómo es posible que un equipo con 'actitud' -­con perdón-­, sigue encajando goles en los primeros minutos y, ya de paso, cómo podemos dar un espectáculo tan bochornoso.

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