El atletismo coruñés sigue a la espera de que la Universidade de A Coruña, el Concello o la propia Diputación Provincial, que fue lo que puso mucha pasta en el complejo deportivo de Elviña, despejen las dudas. Las preguntas siguen siendo sencillas: ¿Van a mutilar las actuales instalaciones atléticas? ¿Levantarán el césped natural para convertirlo en artificial y dejarán tirados a los clubes y atletas de la ciudad? La callada por respuesta, nadie dice nada.
Aquí la historia es la de siempre, la de los amiguetes. Los mismos que acusaban en su día a los que gobernaban de hacer lo que le salía del forro de sus caprichos. Ahora lo hacen ellos, porque los 'míos' están saboreando el poder. Pues bien, resulta que hay un club modesto que pone un dinero importante para convertir el campo de césped natural en artificial, a cambio de tener 'derecho' sobre el mismo para que sus equipos puedan entrenar en dicha instalación. Para ello cuenta con el 'jefe' de los que llevan el deporte universitario (ese es otro tema y pronto descubriremos en un reportaje qué clase de deporte universitario se hace en A Coruña), además del concejal de Culturas y Deporte, José Manuel Sande. Entre los amigos de la causa común se 'cuece' la historia y les importa un bledo que nuestra ciudad quede mutilada, ya que Elviña no estaría homologada para celebrar ningún tipo de campeonato atlético y flaco favor se le hace a la Escuela de Lanzadores de A Coruña, una auténtica factoría de campeones en Galicia.
Nada, que los 'amiguetes' que planearon cargarse las instalaciones de atletismo de Elviña siguen esperando el 'visto bueno'...
Y aquí entra en escena del rector de la Universidade de A Coruña, 'dueño' de las instalaciones, que las tiene gracias al pacto político que se hizo en su día cuando borraron del mapa las pistas de Riazor, prometieron hacerlas en Los Rosales y luego, a la vista de esa imposibilidad, facilitaron su construcción en el complejo de Elviña. El rector de la Universidade, como digo, me imagino que con las cuentas de esa manera, ve posible ahorrarse unas pelillas y bendice la 'operación de amiguetes'. Sinceramente, ¿A Coruña se merece estar en estas manos? ¡País!
