Me escribía un aficionado diciendo que no le gustaba la portada de nuestra edición de ayer. Lo hizo de forma respetuosa y entiendo sus argumentos, que seguro que serán el de muchos otros. Fútbol es fútbol y cada uno lo entiende como quiera, respetable. Sin embargo, el mensaje es que seguir en Primera División es un éxito. Primero, porque el Depor es de Primera; segundo, porque ayuda a la viabilidad económica y tercero porque la afición, tan harta de la mala imagen de su equipo, merecía tener un partido tranquilo en el día de la fiesta de las peñas.
La imagen de ayer de Riazor es preocupante, Riazor vivió una parte silbaba y la otra correspondía también a los que lo hacían. Evidentemente, no vamos a poner en una balanza quién sonaba más alto. Ni el tempranero gol de Andone (lo poco salvable de la plantilla blanquiazul) calmó los ánimos, menos con el gesto poniendo orejitas a Riazor. Luego lo arregló marcando un golazo y celebrándolo con los niños, un gesto digno de resaltar. La peña joven de Maratón abandonaba la grada en el minuto establecido y el resto del público siguió animando a los suyos...
Riazor vivió una goleada ante una UD Las Palmas que hace tiempo se 'desconectó' de la competición liguera
En mi opinión particular, al margen del ambiente generado, Las Palmas ayudó lo suyo en la goleada. Hace tiempo que se 'desconectó' de la competición doméstica desde que logró el objetivo de salvarse hace meses y el Depor cerró así la temporada con un cierto sabor dulce. Eso sí, el club tiene que hacérselo mirar.
