Hace unos días hablaba con Javi Manjarín para darle mi más sincera enhorabuena por el ‘ascenso’ al primer equipo con su inseparable Cristóbal. En la conversación le explicaba mi humilde opinión sobre los males que acosan al Deportivo esta temporada y las precedentes. Son varios, pero el más importante es la falta de competitividad... “correr”, le manifestaba.
Manjarín jugó en A Coruña nada menos que en el Superdepor, un equipazo, una escuadra dotada de una enorme calidad pero, además, un plantel que saltaba al campo y se comía literalmente la hierba. El Superdepor de Manjarín corría que se las pelaba desde el minuto uno al noventa, era muy generoso en el esfuerzo, solidario entre compañeros. La enorme calidad de Javi y los suyos hacía el resto.
El Superdepor de Manjarín corría que se las pelaba desde el minuto uno al noventa, era muy generoso en el esfuerzo
Este pasado sábado vimos en Riazor a un nuevo Deportivo. Que compitió desde que arrancó el partido, que solo se ‘descompensó’ en la jugada final, que no mereció perder y, por supuesto, encajar el gol que ha llevado a Costel Pantilimon a recibir la ira de medio deportivismo. Si Cristóbal y Manjarín consiguen eso, que el equipo compita como el sábado, no me cabe duda de que estamos ante un ciclo ‘largo’ en el banquillo. Ojalá llegue por fin la ansiada continuidad.
