El último servicio del capitán
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El último servicio del capitán

El último servicio del capitán
Toda la plantilla celebra el ascenso (Redacción)

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Miguel Souto Pernas es Miki. Jugador desconocido por el gran público, nunca ha pasado de Primera Autonómica. No le ha hecho falta para labrarse un nombre. Sobre todo en su pueblo, Cambre, y en el club de su vida, el Sporting. Los que le conocen dicen que es uno de los mejores futbolistas que han visto sobre el campo. El pasado domingo colgó las botas a los 38 años después de tres décadas con la misma camiseta. Y de paso con el ascenso a Primera .

"Llega un momento en el que el cuerpo no da para más", reconoce Miki, que seguirá jugando en veteranos: "Llego tarde", dice entre risas. Mediapunta muy técnico y de gran visión de juego, desvela porqué nunca dejó el Sporting Cambre pese a tener ofertas de equipos en categorías superiores: "Soy de Cambre, juego aquí desde pequeño y, entre el trabajo y la familia, no tenía ganas de salir de aquí. Ya me costaba bastante venir a entrenar como para probar en otro lado".

Miki llegó al club con ocho años y tiene muchos recuerdos acumulados después de tres décadas con la misma camiseta: "Los más significativos son el debut, a los 15 años, con el primer equipo (en el que jugaba su padre, Toñito), el ascenso y el título de la Copa de A Coruña en el mismo año (2008)", detalla.

Se va con el un nuevo ascenso a Primera Autonómica. "La temporada se hizo bastante larga, con basatntes bajas, pero tiramos de juveniles y algún fichaje. Nos vinimos un poco abajo y nos costó engancharnos, pero pudimos ascender", detalla Miki, que solo tiene buenas palabras para el club y la gente que compartió tantas aventuras con él: "Agradecer al club, la directiva, todos los compañeros, los que ya no están y los que siguen y, sobre todo, a mi familia por aguantarme tantos años en el fútbol".

Con él ha compartido casi una vida Isaac López, otro de los veteranos en el Sporting Cambre, que le conoce muy bien. "Es el eterno capitán, cuando un compañero tiene un problema siempre se ofrece para ayudarlo. Es introvertido, no se hace notar, pero las pocas palabras que dice van a misa. Es coherente y tiene dos dedos de frente, pero cuando se toma unas cañas puede ser muy simpático", desvela.

Iván Sánchez, entrenador y excompañero, alaba su compromiso con el club: "Lleva desde los ocho años aquí y eligió quedarse por estar en su pueblo, en su casa, con su gente. Para mí es un placer haber sido su último entrenador. Es un ejemplo, como jugador y como persona".

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