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17º-23º

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Javi Lucas y Jonathan Gilling pelean por un balón en un lance del partido (Quintana)

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BASQUET CORUÑA 67 - 78 MELILLA

El Basquet Coruña sufrió un nuevo revés, este con más justificación que otros anteriores, ante un Melilla que demostró en Riazor el porqué de su candidatura a estar a final de curso en la parte alta de la tabla.

Batalla de pívots en el primer acto. Olmos y Guerra atacándose mutuamente, mientras algunos de sus compañeros también intentaban postear, pero sin acierto. Ocho puntos por cabeza registraron el alicantino y el canario. Combate nulo.

Y nula fue la puntería de los pupilos de Gustavo Aranzana desde la larga distancia. Tampoco los de Alejandro Alcoba empezaron muy allá, hasta que Kapelan sacó el fusil. Un acierto suyo –primer aviso–y una canasta de Samb cerraron el acto inicial con 5 puntos de brecha (14-19).
El propio Samb abrió el segundo sumando desde el triple. Le secundó Durán y luego se unió Kapelan, esta vez para romper un duelo que el Coruña había rescatado con un parcial de 11-3 (25-28), después de casi tres minutos sin ver aro. Alcoba paró el partido. Y frenó la subida de la ‘marea naranja’. Parcial de vuelta de 0-11, con tres bombazos desde 6.75 de Kapelan. Sin fallo.

Para colmo de males, una antideportiva de Gilling y una canasta tras rebote ofensivo –otra de las brechas del BC– echaron el primer telón con un abismo de 13 tantos (32-45).

Amago
Poco varió el panorama en el arranque de la segunda mitad, salvo porque el Melilla erró sus tres primeros triples. Pero como el Coruña con cuentagotas, el cuarto, de Almazán, si pasó por el aro para mantener las distancias entre los 14 y los 18 puntos. Hasta que un mate de Chuku, con 44-59, resucitó al muerto, que firmó un parcial de 8-0. Alcoba llamó a filas a los suyos, que le regalaron dos triples seguidos (50-65), aunque el 2+1 final de Olmos devolvió la esperanza a la grada.

6 triples. El Melilla, con Kapelan a la cabeza, rompió el partido anotando seis triples de nueve intentos en el decisivo segundo periodo. Por el contrario, el BC acabó el duelo con un doloroso 3 de 21

Lo mismo que la quinta falta de Guerra, máximo anotador visitante, a 4 segundos del final del tercer acto. Pero el Coruña tardó en meter balones al poste bajo. Cuando lo hizo, Olmos sumó con cierta facilidad, cargó a Fall con la cuarta y acercó a los suyos (59-67).
Sin embargo, Aranzana le sentó y dio entrada a un desangelado Flis, que el primer balón que tocó se lo entregño a un rival con un pase carente por completo de sentido. Y ahí se acabó el cuento. El flujo de puntos locales se redujo notablemente y, por si quedaban, dudas, el base visitante Dani Rodríguez apareció en ‘sus minutos’, los finales, para poner la puntilla con tres canastas consecutivas. Nunca falla.
El miércoles visita Riazor un grande, aunque en horas bajas, el Palencia. Aun así, un nuevo y duro test de una fiabilidad y regularidad que siguen brillando por su ausencia. l

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