El peor inicio de los últimos años
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El peor inicio de los últimos años

El peor inicio de los últimos años
Un pescador coruñés posa con una buena captura en Vilasenín, la alternativa al ‘capote’ en los ríos | a.t.

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Decir que a nivel medioambiental cualquier tiempo pasado fue mejor ‘no es descubrir ningún río Miño’. Pasa en todo. Nada es lo que era en nuestro ‘verde’.

Con las truchas ocurre lo mismo. Había muchas dudas, lógicas, a tenor de los problemas de sequía, de las posteriores riadas, pero sobre todo, teniendo en cuenta que las poblaciones de truchas, como de pescadores, vienen decreciendo desde hace muchos años. Ayer quedó constatado con el peor arranque de los últimos años. Pocas capturas, muchos ‘capotes’ y desilusión generalizada en muchos tramos de los mejores ríos gallegos.

Un frío que pela
Si al mal momento que viven nuestros peces por los problemas de siempre unimos una jornada muy fría, con constantes cambios de tiempo y viento, tendremos todas las incógnitas de la ecuación despejadas para entender el fracaso de muchos de los ‘troiteiros’ galaicos. En realidad lo ‘poco’ que se pescó fue a primera hora de la mañana y última de la tarde. El resto del día tuvo ocasionales picadas, en general, esperando que el futuro inmediato mejore la apertura.

Imagínese el lector el ‘desastre’. Era un día con ríos ‘tomados’, en el que los pescadores de cebo, los miñoqueros, no suelen fallar. Incluso ellos tuvieron una mala jornada.

En el Tambre, en Pontemaceira, santuario de los cotos intensivos, un pescador que supera los 60 años, a pie de río era explícito: “Non hai troitas, e sen troitas non hai nada que facer”. No hay picada más franca que esta frase.

Cuestión de horario
Madrugar es clave y a primera hora cayeron las mejores truchas. Pero no fue ni tan si quiera como la pasada temporada.


Se le puede echar parte de culpa a la climatología, pero una parte pequeña por cuanto, si hay ‘troitas’, en algún momento del día siempre se moverán, siempre comerán y siempre picarán. El problema es de la cantidad. Que no de la calidad, porque las pocas pintonas que salieron del río siempre exhibieron sus espectaculares libreas galaicas.

En la zona de A Coruña, en los ríos de la costa, fueron sonoros los ‘capotes’ en tramos libes históricos como el Castro. O incluso en la laguna de Traba, que siempre daba alguna trucha en la apertura. Los cotos históricos de Anllóns o Grande de Baio respondieron a los más expertos en una jornada difícil.

De lo mejor de la provincia coruñesa fue el Dubra, pero pescado hasta antes de media mañana. Se esperaba mucho del Rois, y nadie salió especialmente feliz de la apertura en el afluente del Sar.

Los cambios de tiempo, ahora sol, ahora agua, dificultaron la ‘tranquilidad’ en el agua y se notó en las capturas. Pero ocurrió lo mismo en zonas míticas, como el Alto Ulla, o cotos y libres del Miño. Además, los pescadores se quejaban de que “los ríos están hechos una selva”. En referencia a que las zonas que no son cotos, ciertamente, son complicadas de pescar.

Las sorpresas las dieron ríos que eran una incógnita, como el Neira, en Lugo, donde salieron varios ejemplares de considerable tamaño, mientras que en los embalses habituales, como Vilasenín, ‘se mantuvo’ el tipo, sobre todo porque el nivel del agua era bastante adecuado. Más flojo en As Forcadas, en la zona de Ferrol. En ambos embalses los pescadores llenaron las riberas sabedores de que los ríos estarían con demasiada agua en este inicio de curso.

Los ríos descansan hoy y mañana, de nuevo, es día de pesca, aunque cierto es que los pescadores salieron un poco ‘quemados’ del agua. Y eso que es difícil...

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