El Atlético vapulea sin exprimirse a un Celta que no da la talla lejos de Balaídos
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17º-23º

El Atlético vapulea sin exprimirse a un Celta que no da la talla lejos de Balaídos

El Atlético vapulea 
sin exprimirse a un Celta que no da la 
talla lejos de Balaídos
Los jugadores del Atlético de Madrid celebran el tercer gol. | efe/rodrigo jiménez

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Eel Atlético de Madrid doblegó al Celta con una victoria rutinaria y sin excesos, pero notable en su pegada. El conjunto rojiblanco contó apenas cinco oportunidades en todo el encuentro, marcó tres y solventó un duelo que sólo discutió el Celta durante un momento del inicio del segundo tiempo, cuando ya perdía por 1-0 y justo antes de recibir el 2-0. El 1-0 lo anotó en el minuto 44 Griezmann. Luego asistió en el 2-0, en el 56, a Vitolo.

Desde esos goles, el Atlético solucionó una victoria necesaria. Por la pelea por el liderato, si es que aún hay margen suficiente para dar caza al Barcelona, ocho puntos por encima, y por su firmeza en la segunda posición, con siete de ventaja sobre el Real Madrid. Los equipos azulgrana y blanco habían ganado sus partidos el sábado.

Tostón inicial
La primera media hora del encuentro fue un tostón, entre la preocupación táctica del bloque celeste, que con el balón tocaba, tocaba y tocaba, sin más destino que el simple manejo de la pelota
Entonces, siempre que el equipo rojiblanco propuso ataques, su adversario le aguardaba colocado. El resultado, unos cuantos centros sin remate, unos cuantos intentos sin profundidad, unas cuantas transiciones sin velocidad y apenas un par de ocasiones del Atlético, las dos a balón parado, de Griezmann y de Diego Godín.
Mientras Vitolo parecía el único capaz de desbordar, mientras Diego Costa ofrecía la única forma de salida sobre el área rival con desmarques a la espalda de la zaga contraria.

Autocrítica
Debe hacer autocrítica el Celta, más aún cuando la jugada del primer tanto nace de un córner, prosigue con un fallido cabezazo de Giménez y acaba como acaba, de una forma tan cómoda, en el mejor futbolista del Atlético, que recogió el rechace, sorteó después a un defensa y la alojó mansa junto a la escuadra (1-0) justo antes del descanso.
En el segundo tiempo el Celta reclamó un penalti aparentemente claro a Pablo Hernández que no entendió como tal el árbitro y que estrelló su mejor ocasión en el poste, con un centro de Emre Mor que conectó Radoja; después porque el Atlético, segundos más tarde, subsanó la incertidumbre.

Lo hizo desde un pase extraordinario de Griezmann al desmarque de Vitolo, que definió con perfecta sutileza ante Rubén Blanco; una conexión entre los dos mejores futbolistas del Atlético del duelo. Era el minuto 56. Tres después, el extremo, titular por tercera vez en los últimos trece choques, fue sustituido. Se marchó aclamado.
Su lugar fue para Correa, que dentro del desorden que transmite con la pelota y sin ella, salió vencedor de una serie de rechaces en el área para cruzar el 3-0 ante Rubén Blanco. Fin de lña historia.

El Atlético vapulea sin exprimirse a un Celta que no da la talla lejos de Balaídos

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