Muy lejos han quedado ya en el subconsciente del deportivismo aquellos entrenadores que han marcado época en el club como Arsenio Iglesias, Javier Irureta o incluso Miguel Ángel Lotina. Técnicos que arraigaron en A Coruña y que dentro de las posibilidades del club lo convirtieron en una escuadra reconocible a nivel nacional e incluso también en Europa.
Desde la llegada al sillón presidencial de Tino Fernández el 21 de enero de 2014 —con el club intentando salir de su grave crisis económica—, el club de la Plaza de Pontevedra no ha conseguido la ansiada estabilidad en el banquillo.
Es más, hasta cinco prepadores técnicos se han sucedido en un período de tres años y nueve meses. El Depor se ha convertido en una máquina de hacer picadillo en cuanto a sus técnicos.
La ‘maldición’ de la banqueta coruñesa fue abierta por la destitución de Fenando Vázquez, artífice del último ascenso, el 8 de julio por desavenencias con el Consejo de Administración; en plena pretemporada el de Castrofeito se quejó de no haber podido amarrar en el mercado a sus primeras opciones para cada puesto y dejó de ser el míster deportivista 169 días después de la llegada de Tino a la presidencia.
El 11 de julio de 2014 aterrizó un hombre que no calaba en el deportivismo como Víctor Fernández, al que también le tocaron vivir jornadas convulsas tras el asesinato de Jimmy en Madrid y la consiguiente gestión de esta tragedia. Los malos resultados provocaron su adiós el 9 de abril de 2015, tras 273 días en el cargo.
En la recta final del ejercicio 14-15 otro Víctor, en esta ocasión Sánchez del Amo, se encargaba de tomar las riendas, lograba la salvación in extremis y cerraba también la Liga 15-16 con una permanencia más que sufrida tras una segunda vuelta con inmensos problemas internos en el vestuario. El Consejo no lo consideró el entrenador más recomendable para continuar en A Coruña y fue destituido tras 418 días al timón el 30 de mayo de 2016.
267 jornadas
Es la media de duración de los cinco técnicos que han dirigido al club de la Plaza de Pontevedra en la ‘era Tino’.
El penúltimo en llegar a la dirección del equipo fue Gaizka Garitano, fichado el 10 de junio de 2016 y destituido apenas 262 días después.
El míster vasco demostró una gran capacidad de trabajo con un plantel limitado pero los resultados no fueron los mejores.
Mala suerte en la definición, errores arbitrales de bulto y un equipo que no era capaz de plasmar en el campo lo mucho entrenado a lo largo de la semana marcaron las penurias de una escuadra condenada a sufrir de lo lindo para materializar la salvación.
Gaizka abandonaba la nave blanquiazul a falta de tres meses para la conclusión del campeonato liguero, con la incertidumbre de si el Depor seguiría una temporada más entre los mejores equipos del espectro nacional.
El 27 de febrero de este mismo año desembarcaba el último estratega deportivista, un Pepe Mel muy ilusionado ante la posibilidad de desempeñar su labor durante muchos años.
El preparador madrileño logró revitalizar al equipo en la recta final de temporada 16-17 y protagonizó encuentros destacados como el empate ante el Atlético de Madrid o la inolvidable victoria frente al Barcelona en Riazor (2-1).
Sin embargo, su discurso fue perdiendo fuerza y a los herculinos les costó un mundo certificar los puntos necesarios para una permanencia que llegaría en la penúltima jornada en el estadio de El Madrigal frente al Villarreal.
El arranque de la presente campaña 17-18 ha sorprendido a todo el deportivismo por su mediocridad.
Después de haber completado una pretemporada halagüeña, el plantel coruñés ha llegado a la sexta jornada de la Liga con solo 4 puntos en su haber sobre 18 posibles.
Mel no acaba de sintonizar con la grada y el sábado ante el Getafe debe salvar un ‘match-ball’; en caso de no vencer a los ‘azulones’, podría ser historia el quinto técnico de la ‘era Tino’.
Cinco entrenadores. Un total de 1.335 días. Una media de un míster por cada 267 jornadas. Una estadística que refleja las dificultades actuales del RC Deportivo.
