El análisis del Deportivo - Las Palmas
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El análisis del Deportivo - Las Palmas

El análisis del Deportivo - Las Palmas
GRAF4539. LA CORUÑA, 17/03/2018.- El defensa brasileño del Deportivo La Coruña, Sidnei Rechel, se lamenta durante el partido contra UD Las Palmas correspondiente a la jornada 29 de LaLiga disputado hoy en el estadio Municipal de Riazo

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Entrando ya en el tema; este sábado, Paco Jémez dispuso a su equipo bajo el sistema 1-4-1-4-1: una línea de cuatro atrás compuesta por Matías Aguirregaray, Ximo Navarro, David García y Macedo; Javi Castellano, como único mediocentro; Momo, Vicente (que muchas veces descendía a mediocentro haciendo permutar al sistema a un 1-4-2-3-1), Aquilani y Halilovic en una línea de centrocampistas más adelantada y Calleri como delantero único. Seedorf, por su parte, repitió el 1-4-4-2 en rombo colocando atrás a Fernando Navarro, Sidnei, Albentosa y Juanfran; Muntari, por delante de la defensa; tres mediapuntas, ocupadas por Guilherme y Çolak en los vértices exteriores y Adrián centrado y un poco más adelantado que estos y , por último, Andone y Lucas colocados como delanteros.

El Depor salió al partido con una empanada total; no sé si por la tensión de lo que se jugaba, por desorden, por un mayor ritmo de Las Palmas o por todo unido pero… lo pagó caro. A los 3 minutos de partido un, comprometido y sin mucha tensión, pase de Muntari, a un dormido Fernando Navarro, es cortado por un atento Halilovic. A continuación, el extremo croata realiza una conducción vertiginosa de fuera a dentro, Albentosa persigue en exceso a Calleri en su desmarque de ruptura a la espalda de Sidnei; realizando mal el deslizamiento, rompiendo la línea y perdiendo su zona, lo que habilitó para que el pequeño zurdo de Las Palmas obtuviese posición de tiro e hiciese el 0-1; empezamos bien…

Este sábado el Depor, como comentábamos, utilizó el sistema 1-4-4-2 y me dio la sensación que el entrenador holandés planteó su fase defensiva muy condicionada de la transición ofensiva que pretendía. Me explico; el técnico holandés, en fase defensiva, emparejó (y dejó descolgados) a Lucas y a Andone con los centrales insulares; mientras que Adrián hacía lo propio con Castellanos; quedando todos por delante del balón y no participando en el proceso efensivo directamente. Por lo tanto, el Depor adoptaba un posicionamiento defensivo fraccionado (demasiado, en algunos instantes),en el cual, los jugadores que estaban por detrás del balón se estructuraban en un 1-4-3; es decir 7 jugadores contra 7 (muchas veces) y en campo propio del Depor, apuesta arriesgada. La idea del técnico, bajo mi punto de vista, era recuperar con esos 7 jugadores para, después, transicionar rápido y al espacio aprovechando a los 3 puñales de arriba y las deficiencias que arrastra el equipo de Jémez en las vigilancias ofensivas. Sin embargo, el Depor tuvo varios problemas con sus contraataques; en primer lugar a sus 3 jugadores del medio del campo (Guilherme, Muntari y Çolak) les costaba mucho recuperar la posesión de la pelota por sus características futbolísticas (defensivas), por número de jugadores de constituían esta línea y por cantidad de campo a abarcar. Además Las Palmas, en esos inicios de partido, movió bien el balón y encontraba como hombres libres a los laterales siempre que eran capaces de circular bien/rápido o cambiar la orientación del juego; por lo tanto, generaban superioridades numéricas por fuera (no llegaban a la basculación los 3 del medio) o en sectores intermedios. A estos problemas defensivos hay que añadirles que, una vez que el Depor recuperaba la posesión, los contraataques, normalmente, eran inocuos; unas veces porque aparecía la precipitación (tónica general en todo el partido del equipo coruñés con el balón) y, por tanto, la toma de decisiones no era la idónea; otras veces, las distancias con los descolgados eran enormes; y otras, los intentos de contraataques acababan (como muchos ataques del Depor) en un balón largo muy previsible y fácilmente defendible.

En ataque organizado, en fase ofensiva, el Depor buscaba ataques directos y, a partir de ganar el segundo balón, jugar en campo contrario pero pocas veces lo consiguió. No estuvo bien estructurado para ello el equipo herculino distribuyéndose muy largo y, por tanto, muy lejos para “cazar” y cerrar ese segundo balón. Personalmente creo que con un modelo de juego directo aéreo tan “puro” el Deportivo presenta varios déficits; en primer lugar con los envíos; estos, son muy perpendiculares muchas veces y poco precisos. Los equipos y entrenadores rivales conocen perfectamente la plantilla del Deportivo y este hecho quedó claramente reflejado si nos fijamos en el posicionamiento y actuación de Calleri. El delantero de Las Palmas se quedaba descaradamente con Sidnei en cada saque de puerta o fase de inicio del Deportivo para orientar la presión sobre Albentosa; sabedor de su inferior calidad en el golpeo. Por otra parte nos encontramos con que los encargados de disputar ese primer balón o envío en largo no son especialistas que digamos en ello, Lucas y Andone son muy batalladores, pero el juego aéreo no es su fuerte a mi entender, por lo que, la primera parte del ataque directo se te complica. A esto hay que añadirle que los jugadores que tenía el conjunto coruñés en el medio del campo, para “ganar”/disputa/pelear ese segundo balón, tampoco son grandes defensores que digamos así que el segundo balón, salvo que lo ganes por superioridad numérica o posicional también se te complica. Por último, observé muchas veces que el equipo estaba estructurado para jugar combinado (“abierto”) pero, sin embargo, terminaba jugando en largo; con lo que, como comentamos ya, no conseguía hacerse con el segundo balón en muchas ocasiones por simple cuestión de ocupación de espacios y cercanía.

A pesar de todo ello el Depor consiguió empatar el partido, gracias al balón parado; Albentosa remató de cabeza solo, pero de forma espectacular, a la escuadra de la portería de Chichizola; 1-1 en el minuto 22 y mucho partido por delante aún. Sin embargo, en esta primera parte, hubo poco más destacable ofensivamente de los dos equipos salvo una jugada del Depor en el minuto 30 en la que el nerviosismo dejó, al equipo coruñés, construir. En dicha jugada Albentosa juega en corto,por dentro, para Guillerme previo movimiento de fuera a dentro de este para que, a continuación, juegue a la incorporación por banda de Juanfran; caída a banda, centro y casi gol. Esta fue la mejor jugada del Depor en la primera parte con el balón por abajo, sin dormirse ni amasarla, con una movilidad coordinada y precisa; seguramente como buscaba el bueno de Seedorf pero pocas veces se vio. Los 2 jugadores que se situaron en los vértices exteriores del rombo lastraron muchas veces el proceso ofensivo del Deportivo debido a que, tanto Guilherme como Çolak, tienen tendencia(como es normal) a ocupar sectores interiores. De este modo, las bandas quedaban totalmente vacías (no siempre daba tiempo a la incorporación de los laterales) y, por tanto, muchas veces sin opciones de pase al poseedor que optaba directamente por quitarse el balón de encima.

Y así se llegó al descanso, con un cúmulo de despropósitos por parte de ambos equipos y con poquísimo fútbol; muchos nervios, demasiados para jugar.

La segunda parte aun fue peor; sí hubo más ocasiones pero, si antes había nerviosismo en esta mitad aún más y aun encima muchos más despropósitos. Por momentos, el partido parecía de otra categoría, compañeros chocando entre sí, pases de 3 metros echados fuera, controles fáciles fallados… los jugadores estaban psicológicamente desbordados. Dentro de ese nerviosismo el Deportivo atacó con más corazón que con cabeza, acumulando en ocasiones jugadores por delante del balón pero todos realizando desmarques de ruptura al espacio, realizando acciones individuales… No hubo, como ya comentamos, tranquilidad en la fase ofensiva; muchas se atacaba mal porque el poseedor no tenía ninguna opción que no fuese golpear en largo, ya que, sus compañeros todos rompían al espacio o estaban directamente cubiertos o muy lejos. En otros momentos, los compañeros sólo estaban, no aparecían por lo que el ataque coruñés se atascaba y se hacía previsible. Así pasaba la segunda parte con los dos equipos rotos y, por muchos momentos, totalmente desorganizados (ofensiva y defensivamente).

El Depor transitaba por la segunda parte sin conseguir inquietar la portería visitante y necesitaba un cambio y aire fresco (físico y mental). Seedorf decidió mover el banquillo, metiendo en el campo a Bakkali y a Borges en detrimento de Muntari, bastante cansado, y Çolak. Este segundo cambio no gustó nada a la grada deportivista y es que, tal y como se estaba poniendo el partido; con tantos espacios, tanto desorden, idas y venidas… el turco se antojaba imprescindible. El equipo necesitaba tranquilidad, claridad en el último tercio de campo y quizás él podía ser clave en eso. El turco es de los pocos capaces de tener y retener el balón entre tanta imprecisión y precipitación, suele decidir bien, maneja el timming a la perfección; casi siempre que ha estado en el campo el Deportivo ha sacado cosas… Por lo tanto, con estos cambios, Seedorf modificó la colocación de los centrocampistas, conformando una línea en lugar del rombo, quedando Lucas en banda izquierda, Bakkali en la derecha y Borges y Guilherme como mediocentros. A pesar de estas modificaciones, poco cambió en el Deportivo y eché en falta (durante todo el partido en general) más llegadas/centros por banda, sobre todo, viendo las dificultades que tenía el equipo rival para defender los centros laterales en el balón parado y el juego aéreo en general. Pero no tuvo jugadores específicos de banda hasta que realizó los cambios (en realidad sólo tenía uno; Lucas no lo es) y el Deportivo adolecía, como comentamos, de amplitud de juego y de campo.

Y así discurrió la segunda parte, repleta de continuos errores de los dos equipos, en un ir y venir continuo en el que el Deportivo fue el que menos mal estuvo y el que de más ocasiones dispuso. No obstante, aun haciendo un mal partido, el equipo de Seedorf tuvo ocasiones de sobra, en cantidad y en calidad, para llevarse el partido. No obstante la suerte no estuvo (como en muchos momentos de la temporada) de su lado: Lucas lanzó una falta, en el minuto 53, magistralmente que golpeó en la escuadra; también Lucas, en el 81, cruzó en exceso un remate de cabeza tras una muy buena jugada del Depor; Andone remató, en el 87, un córner de cabeza y Chichizola detuvo extraordinariamente cuando ya se cantaba el gol; Bakkali remató cruzado rozando el palo derecho de la portería de Las Palmas…no quería entrar.

 

LO PEOR

- NERVIOSISMO

Se vio desde el primer minuto a la mayoría de ellos atenazados, nerviosos, precipitadísimos...

El partido fue un continuo despropósito técnico; pases fáciles, controles sin oposición... fallados incomprensiblemente para jugadores de primer nivel. Con ese nivel de nerviosismo es imposible jugar “bien”.

 

- BAGAJE GOLEADOR

Dos goles en siete partidos es el total de goles conseguidos desde la llegada de Seedorf; siendo esto, uno a balón parado y el otro en propia puerta. Con estos registros se antoja muy complicado salir de esta situación. Estos números también tienen que ver con punto anterior; el nerviosismo.

 

 

LO MEJOR

- DESFONDADOS

A los jugadores se les podrá criticar por desacierto o por malas ejecuciones técnicas pero si algo se ve es que lo intentan y se dejan la piel, pero... no llega. Acabaron, varios de ellos, realmente agotados debido al esfuerzo realizado durante el partido.

 

- SUPERIORES

El Deportivo fue superior al rival y generó muchas más ocasiones que Las Palmas pero, como comentábamos, muestra una total nulidad de cara a la portería rival.

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