25 años del día que Claudio abrió la puerta de 'la Roja'
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25 años del día que Claudio abrió la puerta de 'la Roja'

25 años del día que Claudio abrió la puerta de 'la Roja'

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El 8 de octubre de 1992, el Deportivo volvía a aportar un jugador a la selección española 20 años después. Desde que Manolete había jugado contra Irlanda del Norte en la temporada 1972-73, un año antes de fichar por el Valencia, ningún futbolista blanquiazul había vuelto a vestir los colores de ‘la Roja’. Dos décadas más tarde, Javier Clemente, quien en aquel momento ejercía como seleccionador español, convocaba al delantero Claudio Barragán para el partido con Irlanda del Norte que tenía lugar en Belfast el 14 de octubre. Un encuentro que el deportivista jugó como titular, disputó 67 minutos (fue sustituido por Pep Guardiola) y cuajó una buena actuación, pese al empate sin goles.

¿Recuerdas el instante en el que te enteraste de que entrabas en la convocatoria?
Sí, porque es un momento muy puntual en mi carrera. Que te llame el seleccionador para defender los colores de tu país es lo máximo. Estábamos en Tenerife y llegó el fax al club y me comunicaron que iba convocado.

¿Qué sentiste?
Al principio no me lo creía, pensaba que era una broma. Ya tenía 29 años y aunque estaba haciendo una buena temporada, sinceramente no me lo esperaba. No solo para mí, sino para toda mi familia y para toda la gente que me conoce fue una grata sorpresa.

El club crecía a un ritmo vertiginoso y, de pronto, el seleccionador se fijaba en ti.
Siempre te dicen que hay que luchar hasta el final y tener fe, y mi mente estaba puesta en mi club, estábamos en un gran momento y vino un poco el premio de ir con la selección.

El Deportivo llevaba dos décadas sin aportar a ningún jugador a la selección española, así que supongo que la noticia se viviría como una fiesta en el club y en la ciudad.
Mis compañeros estaban casi tan contentos como yo, y eso demuestra el afecto que teníamos todos, porque nos alegrábamos de lo bueno que le pasara a todos nuestros compañeros. Fueron muchas felicitaciones y no terminaba de creérmelo, porque iba a encontrarme con futbolistas que había admirado porque estaban en el Barça y en el Madrid. Fue algo inesperado.

¿Cómo fue el momento en el que te incorporaste a la concentración de ‘la Roja’?
Recuerdo que llegué al hotel y todo eran nervios. Empecé a saludar a la gente, pero éramos compañeros de selección y rivales en el campo. Cuando me encontré con Javi Clemente, me dijo: ‘chaval, estate tranquilo y haz lo que haces en el Depor’. Me dio la enhorabuena y me la dieron todos los que estaban en la selección. Fue un momento inolvidable.

Y jugaste el partido, como titular. Supongo que estará grabado a fuego en tu mente.
Fue el 14 de octubre del 92, formaba pareja con Manolo, estaba Míchel, Hierro, Guardiola... Quedamos 0-0, pero recuerdo que lo que más me marcó fue el himno, sonaba y yo estaba súper emocionado, porque siempre le había dicho a mi padre: ‘imagina que algún día estoy ahí escuchándolo’.

Defendiste los colores de España en seis ocasiones, pero no marcaste. ¿Se te quedó una espina clavada por ello?
Sí, fue un poco la pena, porque me habría hecho mucha ilusión celebrar algún gol, por lo menos alguno, por ver cómo lo habría celebrado. Pero estoy contento con el rendimiento que di y con la tarea que hice de desgaste de las defensas rivales, para que después lo aprovecharan Alfonso, Kiko, Manolo... Para eso está el trabajo en equipo.

Al principio no me lo creía, pensaba que era una broma, porque ya tenía 29 años

¿Con qué recuerdo te quedas de aquella experiencia?
En cada convocatoria que he ido a la selección, encontrarme otra vez con lo mejorcito del fútbol español y convivir, eso es algo que todo jugador desearía. Se me cumplió el sueño de estar con los mejores y, sobre todo, la relación que había en la concentración. Había muy buen ambiente y, también, por el míster, por la forma de ser que era Clemente.

Curiosamente, el 3 de octubre también se cumplieron 25 años del nacimiento del Superdepor. Equipo en el que fuiste un pilar importante.
Recuerdo que Bebeto venía de Brasil el mismo día que lo firmaron. Estábamos en la pretemporada, jugábamos contra el Lugo, y le comenté a López Rekarte: ‘pero qué nos han traído aquí’, porque veías un futbolista fino, delgado y pensé: ‘cuando le pille Alfaro, a este le revienta. Pero qué hace este futbolista aquí, este tiene que estar jugando en otro sitio’. Pero era un grupo increíble y nunca vi una afición como la del Depor. De hecho, siempre comentábamos la afición que teníamos, que podía llevarte en volandas y que, aunque fallásemos, siempre íbamos a tenerla de nuestra parte, porque éramos un equipo honrado en el juego.

¿Qué es lo más bonito que viviste en aquella época?
Sobre todo, el cariño y el respeto que me tenía la afición. Fueron cuatro años en los que sentí muchísimo cariño y respeto. El Depor siempre estará en mi corazón por todo lo que me demostró la gente. Eso es lo máximo que te puede pasar como persona.

¿Cómo ves al Depor actual?
Un tanto irregular, aunque esto acaba de empezar y, por lo tanto, hay que tener tranquilidad. Creo que este parón le va a venir bien y después de ganar, creo que se va a calmar un poco el ambiente y es cuestión de dar con la tecla. Buscar ese equilibrio que le hace falta al equipo. Quizá, hay futbolistas que no están a su mejor nivel y creo que con perseverancia, los resultados van a llegar, porque hay un buen equipo y un buen entrenador.

¿Te gusta la plantilla?
Claro que me gusta, es cuestión de buscar la mejor forma para sacar el mejor rendimiento, pero Pepe Mel tiene experiencia contrastada y seguramente dará con la tecla. También es cierto que no ha habido partidos en los que el Deportivo haya merecido más de lo que ha conseguido, pero seguimos confiando en esta plantilla y creo que podemos hacer una buena temporada.

Pocos equipos de mitad de la tabla para abajo tienen un ataque como el que forman Lucas, Andone y Adrián.
Son tres delanteros de mucho nivel, con gol, con trabajo, rápidos. Es cuestión de que se adapten a los movimientos. Todo lleva su tiempo, no es cuestión de llegar y besar el santo. Alguno ahora no está en su mejor momento, pero el estado anímico va relacionado con el físico y cuando todo mejore, estoy seguro de que todo va a ir hacia arriba.


VIVIÓ LA ERA DORADA

"Lendoiro tiene mucho o todo que ver en lo que consiguió el Depor"

¿Cómo se produjo la conversión de un equipo modesto en el Superdepor?
Primero tenemos que nombrar a la plantilla que salvó la promoción el año antes, porque si no se hubiera conseguido la permanencia, no estaríamos donde estamos ahora mismo. Aquel año supimos tener fe y nos mantuvimos en Primera División. Al año siguiente se hicieron unos fichajes, llegaron jugadores como Bebeto, Aldana y Mauro y, fíjate, nos metimos en esa dinámica de buen juego. Nadie contaba con nosotros y al final estábamos metidos en la boda sin estar invitados.

¿Érais conscientes del potencial que realmente teníais?
Creíamos en nuestras posibilidades, pero enfrente teníamos a los mejores equipos del mundo. Éramos un conjunto humilde, trabajador, no exento de calidad, muy resolutivo, y con nuestras armas, nuestra forma de jugar y la dirección del míster, llegamos donde llegamos. Si no hubiéramos creído en nosotros, no habríamos llegado tan alto.

¿Cómo viviste la Liga perdida y el título de Copa posterior?
Con tristeza por la Liga y alegría por la consecución de la Copa del Rey. El año que no conseguimos la Liga, si había un equipo que merecía el título éramos nosotros. Caíamos bien donde íbamos y las aficiones rivales nos aplaudían y nos daban la enhorabuena. Trabajamos muchísimo esa temporada, por eso fue mucho más doloroso no ser campeones para la ciudad, para la afición, incluso para toda España, excepto para los barcelonistas.

¿Cómo recuerdas el título copero que sí lograsteis un año más tarde?
Extraño, por las circunstancias del partido. Se suspendió, luego tuvimos que jugar diez minutos y marcamos un gol en esos diez minutos. El destino estaba marcado para devolvernos un poco lo que no podíamos haber tenido en la Liga. Quiso el destino que fuese así y hubiese revancha, pero lo bonito hubiese sido conseguir las dos cosas.

Cuando te marchaste del Deportivo, ¿podías imaginar todo lo que vino después: título de Liga, ‘Centenariazo’, Semifinales de la Champions...?
Era muy difícil, pero ahí había un buen gestor, que a la hora de firmar fue de un acierto espectacular. Estoy hablando de Lendoiro, que tiene mucho que ver o todo en lo que consiguió el Depor en su día, ahí está la clave. Se siguió trabajando de diferente manera, con distintos entrenadores, pero la clave está en la elección de los futbolistas en cada momento.

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